martes, 16 de noviembre de 2010

El murcielago de cueva

©  Alfonso Roldán Losada
Ejemplar adulto de murciélago de cueva

FICHA TÉCNICA
Orden: Chiroptera.
Familia: Vespertiliónidos. Algunos autores lo incluyen en una subfamilia propia (Miniopterinae) o, incluso, en una familia aparte (Miniopteridae).
Género: Miniopterus.
Especie: Miniopterus schreibersii (Kuhl, 1819)
Subespecies presentes: No hay subespecies definidas.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 48  y 62 mm.
Longitud de la cola: de 47 a 64 mm.
Longitud del antebrazo: entre 44 y 48 mm.
Peso: de 9 a 16 gramos.
Status de la especie: Protegido. Especie de interés especial (categoría II del R.D. 439/1990 del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas). Catalogada de interés comunitario en el anexo II del RD 1977/1995 de espacios Naturales, para cuya conservación es necesario designar zonas especiales de conservación. Incluida en los anexos II y IV de la Directiva Hábitats 43/94 CEE. En el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas (Ley 8/2003 de 28 de octubre de la Flora y Fauna Silvestre), aparece igualmente protegida. En el Libro Rojo de los Vertebrados de España (1992) se considera una especie insuficientemente conocida, con la categoría de indeterminada (I).
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE


Murciélago de tamaño mediano, con las orejas pequeñas y de forma triangular, con el trago corto, de forma arriñonada y con la punta redondeada y proyectada hacia adelante. El aspecto del rostro de este murciélago es achatado, al ser el hocico muy corto, con la frente alta y protuberante, habiéndose comparado ilustrativamente con el rostro de un perro pequinés. Otro rasgo propio de esta especie es la forma de sus alas, muy largas, estrechas y puntiagudas, dotadas de dedos muy largos, de los que el segundo hueso del dedo es casi tres veces más largo que el primer hueso.

El vuelo del murciélago de cueva es muy ágil y rápido, aunque irregular, pudiendo alcanzar los 50-55 Km/h., siendo comparable al de las golondrinas y vencejos.

Tradicionalmente, se ha considerado a este murciélago como uno de los que cuentan con una distribución más amplia, desde la Europa mediterránea por el norte, hasta el Japón y Filipinas por el este, mientras que por el sur ocupa gran parte de África, Asia y Australia. Sin embargo, recientes estudios genéticos dividen a esta supuesta especie en varias, limitando la distribución del verdadero Miniopterus schreibersii a Europa, norte de África y Oriente Medio. En España está también ampliamente representado allí donde cuenta con refugios adecuados, extendiéndose por todo el territorio peninsular e Islas Baleares, y faltando tan solo en Ibiza, Formentera y las Islas Canarias.

En cuanto a su rango altitudinal, puede encontrarse desde el nivel del mar hasta los 1.000 metros de altitud, ascendiendo hasta los 1.500 metros ejemplares aislados no reproductores.

El nombre de murciélago de cueva se debe a sus hábitos estrictamente cavernícolas, ubicando sus refugios en cuevas, simas, minas y túneles abandonados, siempre en las áreas de microclima más estable. Sin embargo, también puede aparecer de forma muy ocasional en edificios y puentes. Los refugios de invernada, estrictamente cavernícolas, son ocupados por la especie desde mediados de noviembre hasta febrero o marzo, mientras que los de cría son ocupados desde mediados de la primavera hasta finales de agosto.

Entre las especies ibéricas, es la que muestra unos hábitos migradores más marcados, aunque no se puede hablar de una migración en el sentido que se aplica el término a las aves. En realidad, la población de una extensa área geográfica se agrupa en unas pocas cavidades de hibernación para distribuirse en la época de cría en varias colonias reproductoras. En el desplazamiento que realiza entre unas y otras colonias, que a veces superan los 350 km de recorrido, usa numerosos refugios de paso que son visitados durante unos días en los primeros meses de primavera y otoño.  La población mejor estudiada en este aspecto distribuye sus colonias de cría por Cataluña, el este de Aragón y el SE de Francia, y en su mayor parte se reúne a pasar el invierno en 3 cuevas del centro de Cataluña. Sin embargo, se han reunido pruebas a partir de anillamientos y recapturas de ejemplares que demostrarían que existen comportamientos parecidos en las poblaciones de Andalucía occidental, sur de Extremadura y Portugal por un lado, y las de Andalucía Oriental, Ciudad Real y Murcia por otro.

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